Las enfermedades propias de los ojos deben ser tratadas por un especialista, debido a que comprometen la capacidad visual del paciente. Si bien, el glaucoma no es la única enfermedad grave de los ojos, se debe tratar con mucho cuidado y de manera inmediata, para evitar su avance y las consecuencias fatales en la vista.


El glaucoma
es una enfermedad producida cuando el fluido se acumula en la parte frontal del ojo y comienza a ejercer mucha presión sobre el nervio óptico. La afección es progresiva y puede provocar ceguera total si no se atiende de inmediato.  


Existen dos tipos de glaucoma:


Glaucoma de ángulo abierto


Este tipo de glaucoma
es provocado cuando el drenado del ojo está dañado y se acumula el líquido alrededor de este órgano. Ciertamente no es una enfermedad dolorosa en sus primeras etapas, sin embargo, se recomienda checarse periódicamente con el especialista para descartar daños severos en el nervio óptico.


Glaucoma de ángulo estrecho


En este tipo de glaucoma el iris del ojo está muy cerca al ángulo de drenaje, y lo obstruye totalmente. Los síntomas comunes son: dolor de cabeza, visión borrosa, náuseas y vómito, luces multicolores en la visión. En caso de tener estos síntomas es muy importante buscar atención médica de emergencia.



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